A medida que el mundo crece y las empresas se amplían para cruzar fronteras, la economía mundial está cambiando. Muchas empresas han ido creciendo cada vez más, y se ha producido el consiguiente crecimiento en la brecha de la riqueza. No solo eso, sino que estas empresas pueden ser más sensibles a una crisis económica, y el fracaso de una empresa puede significar el fracaso de una gran parte de todo un sector.
No vamos a hacerte creer que tenemos todas las respuestas a esta cuestión increíblemente compleja, pero sí tenemos una respuesta. Y es una buena. Con una solución, tenemos el modo demostrado y efectivo de reducir la brecha de la riqueza y hacer que las empresas que utilizan esta solución en su política de incentivos sean más resilientes durante las crisis económicas.
A esto se conoce como titularidad para empleados
¿Qué es la titularidad para empleados?
Básicamente significa que los empleados tienen la oportunidad de tener participaciones en una empresa, a través de políticas de incentivos u otros programas de compensación en acciones. Esto les otorga derechos como accionistas, y también les brinda la oportunidad de ganar más dinero, además de sus salarios básicos. Y la mejor parte es que asegura que estén más dedicados a la empresa, más alineados con los objetivos de la empresa y trabajarán más duro para obtener ganancias.
Hay dos motivos para eso. En primer lugar, al tener una participación en la empresa, están económicamente involucrados en el futuro financiero de la empresa. Cuanto mejor rinda la empresa, más valor tendrán las acciones y mejores serán sus inversiones. No están trabajando solo por un sueldo. Buscan formas de impulsar el avance de la empresa. En segundo lugar, la mayoría de las políticas de incentivos reparten la emisión de acciones a lo largo de un periodo de tiempo. Por tanto, el empleado tiene un incentivo para quedarse con la empresa durante más tiempo. Cuanto más tiempo se quede, más acciones recibe.
Combina esos dos incentivos juntos: un motivo para quedarse más tiempo y un motivo para trabajar más duro todo el tiempo, y entenderás por qué ofrecen a las empresas una ventaja tan grande.
¿Cuál es el futuro de la titularidad para empleados?
Según un artículo de Harvard Business Review (HBR) de 2018, alrededor de 17 millones de personas de la población activa estadounidense (12 % del total) trabajan en distintas variaciones de empresas que son propiedad de los empleados.
Pero ese artículo menciona una cifra más interesante: 2,3 millones. Ese es el número de empresas cuyos propietarios se acercan a la edad de jubilación. Eso significa que muy pronto, esos casi 25 millones de empleados podrían tener una gran oportunidad. ¿Y si todos esos propietarios transformaran el futuro de sus empresas, y empleados, pasando a ser socios empleados? ¿Qué sucedería si las empresas europeas hicieran lo mismo?
Las empresas europeas han ido por detrás de sus homólogas estadounidenses durante mucho tiempo a la hora de ofrecer la oportunidad de ser un socio empleado como parte de su política de incentivos. Sin embargo, los recientes acontecimientos en el continente han hecho que muchos países reduzcan las restricciones respecto a la titularidad de acciones. En Irlanda, el último presupuesto de 2020 aseguraba que más empresas y trabajadores irlandeses iban a poder aprovechar los numerosos beneficios de tener una participación en la empresa.
El mayor impacto podría proceder de la actual pandemia global. Por supuesto, es imposible decir cómo afectará al mundo y cómo se recuperará. Pero resulta difícil ver que la figura del socio empleado no sea una parte importante de la recuperación.
La titularidad para empleados permitirá que las empresas ofrezcan políticas de incentivos beneficiosas, desde el punto de vista fiscal y monetario, para compensar a sus empleados. También permitirá que los propietarios se aseguren de que sus empresas podrán soportar otras crisis económicas. Pero hay algo más, aprovechará el nuevo cambio de mentalidad global.
Incluso antes de la pandemia, el artículo de HBR mencionaba que muchos propietarios estaban interesados en convertir a los empleados en socios por dos motivos. El primero era «garantizar la viabilidad económica de las comunidades locales». El hecho de que los empleados tengan participaciones en una empresa beneficia de una forma más directa a la comunidad en la que existe, ya que es más probable que los empleados vivan en las proximidades que los propietarios. Y el segundo es que había mucha más financiación disponible para realizar el cambio, puesto que los fondos pueden ver los beneficios.
Como se dice en el artículo: «Los fondos de impacto social desean apoyarlo por razones sociales, mientras que los fondos de cobertura y otros fondos están reconociendo que la mayor resiliencia y rendimiento de las firmas que son propiedad de los trabajadores pueden mejorar sus resultados».
Ambas posibilidades pueden darse aún cuando la actual situación pase, e incluso puede haber más. Lo que hemos visto hasta el momento es un mundo más conectado, más socialmente consciente y más solidario a escala local. Y la figura del socio empleado puede hacer que eso suceda, y más.
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